Una niña aparece en el centro de la habitación.
Conoce todos los lenguajes, pero calla,
al final de la noche gritó algo.
Se guareció debajo de un libro, se convirtió en lluvia,
entró a la botella y la botella fue agua,
cuenta las páginas que tenía su peluche
y se arrepiente de todos los nombres que no le puso.
Se volvió luz por miedo a la oscuridad
Se volvió oscuridad por miedo a la oscuridad
Un niño aparece en el centro de la habitación.
Es ventrílocuo en simular que no habla cuando no habla.
En su paisaje de cuatro paredes,
con las sombras de sus viejos amigos todavía en ellas,
podría pintar infinidad de colores con su paleta llena de gris
,
pero no lo hace.
Abre el libro y lo deja en el suelo,
como si el mundo todavía fuese su marcapáginas.
Y bailan.
Bailan mientras un lobo mastica sus piernas derechas,
mientras un perro empieza a ladrar al imaginarse ladrando,
y grita quizá el cuervo de la ventana.
Las dos ovejas más oscuras entre las negras,
se encuentran en una de las manadas de sueños.
Vuelos enjaulados. jaulas cayendo desde el cuarto piso:
ninguno de los dos había visto nunca una oveja tan blanca.
Y con los ojos bien abiertos,
se ríen del amor ciego.