Cuando la autosuficiencia falla y te descubres a ti mismo solo, escribiendo sobre ti mismo solo. Ese momento en el que las teclas parecen más pequeñas que normalmente y todas las ideas que vienen son malas y no publicables.
Textos privados para no volver a leerlos, ni siquiera guardarlos, como una conversación efímera en la que le confiesas todos tus miedos a alguien sin memoria a corto plazo. Tú lo has contado pero nadie lo ha oído y posiblemente tú te olvides de que lo contaste en alto y te autoconvencerás de que solo fue una pesadilla en la que te mostrabas vulnerable, para poder despertar tranquilo y seguir fingiendo que eres autosuficiente.
Esos textos que nunca se publican son los que más simbolizan a uno mismo. Por eso quizá es mejor no publicarlos, a veces dar demasiada información nos pone en peligro.
ResponderEliminarY cuando te decubres a ti mismo tratando de descubrirte y te haces la gran pregunta del eterno por qué. ¿Por qué qué?, qué más da, ¿verdad? Esos días (o esas noches) en las que hasta la respiración hace demasiado ruido y no puedes evitar convencerte de que nadie la va a oir, sólo para asegurarnos de algo que seguimos sin saber. Por pensar que con nosotros nos bastamos y nos sobramos, para evitar ahogarnos demasiado.
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