La gota corre la cortina y ve que ahí fuera llueven niños con capucha, una mujer rompe aguas saladas de llanto y da a luz a la vida de aquel que murió durmiendo y quedó viviendo dentro del sueño, mientras fuera le come el mismo gusano que escapó de la manzana de Guillermo. Sigue lloviendo pero no es más que un te quiero camuflado y la nube hace señales al humo que se escapa de su boca, mientras el soñador llega al Nirvana y saluda al grunge de pelo rubio. Sigue lloviendo pero la ventana está mojada por dentro y no por fuera, ya que al fin y al cabo en Nueva York la lluvia y al dolor viven a una letra de distancia y aquel árbol convertido en avión acaba de derribar dos almas gemelas. Erroristas suicidas durmiendo en la calma de un fakir, matando al tiempo dándole más trabajo al gusano, mirando la cara que oculta la Luna por vergüenza de tener esa bandera clavada y aquel niño que quiere ser astronauta, acabará haciendo alunizajes y cometiendo a la cena los errores que no cometió a mediodía.
este texto me ha gustado mucho mucho mucho aunque no sabría explicar al 100% por qué.
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