Yo no te echo de menos pero. La cama está fría, Coruña está fría y no sabes lo pesadas que se ponen por la noche preguntando que cuándo vienes. Las toallas se niegan a secarme a mí solo, el espejo del baño dice que estoy más feo desde que tú no haces el tonto desnuda a mi lado y el ventanal del salón echa de menos tus miradas. Las puertas no pueden vivir un segundo más sin tus portazos, mi espalda se ha acostumbrado a tus uñas y los gatos que no tengo maúllan por la noche a los gatos que tú no tienes. La estantería echa de menos tus libros y mis libros a tus prólogos. Las pelusas de debajo de la cama piden ver pies con uñas pintadas de vez en cuándo y las humedades del techo se sienten solas al ser las únicas que se producen. Este hueco de mi lado tiene tu forma y tu nombre, la almohada te nombra y las sábanas que te gustan todavía se ponen tu perfume en noches especiales. En noches como ésta, que coruña está fría, su cama está fría, Coruña se queja y nos pide que volvamos con la pólvora.
Pero yo no te echo de menos.
Pero yo no te echo de menos.
joder, así volvería cualquiera, volando si hiciera falta.
ResponderEliminarSublime, destilas sensibilidad amigo. :)
ResponderEliminarUn saludo.
Es muy difícil comentar en este blog...
ResponderEliminarPorque siempre tienes las palabras exactas, y a los demás solo nos queda el "uaaaaauu".
Será porque yo tampoco echo de menos a nadie... a nadie en concreto.
Un abrazo.
De verdad, tienes el don de quebrar toda la magia en la ultima frase, pero lo haces de manera tan sublime que incluso llegas a crear otra nueva, distinta. ç
ResponderEliminarMe encanta!
Mogollón de pólvora tirada por las calles de Coruña, inestable. Y cuando sea, cuando salga el sol, todo pirotecnia.
ResponderEliminarYa sabes. Piu Piu Piu, onomatopeyas.
Entonces serán Fallas, joder.
EliminarEstás enamorado.
ResponderEliminarHacernos los 'nunca sin mi revólver en la pistolera'. Qué vicio ¿verdad?
ResponderEliminarpero yo no te echo de menos. solo mucho.
ResponderEliminarMe encantó llegar aquí y leer el textos (que no será el ultimo que leeré).
ResponderEliminarQue final raro. Pero yo no te echo de menos.
Mentirse a uno mismo creo que a veces funciona
Oye,las pelusas de debajo de la cama son muy jodídas de aspirar sola,a mi me gusta hacer al reves,te diría..
ResponderEliminarGuapo me ayudas a mover la cama? ;)
y ya está,tengo guerra en la cama!
pongo el culo del aspirador al revés y te dán por ... y las pelusíllas las tienes en tus calcetínes :)) entonces empiéza la guerra de amohadas III y yo tengo el aspirador como mi arma más "potente" :))
-no! no te acérques que te aspíro la camísa!
oh! otro que vuelvas a dar y te aspíro un huevo cabr..! ahora si! que esos rízos te los quíto en la boquílla más pequeña je,je!
sabes qué,estas sexy s´n camisa ui! me falta la I con el punto encíma..encíma? te gusta estar encíma de mí o .. tóma!!por perder la concentración estratégica guapo! :) je,je.
Sabes que pasa luego? toda guerra tiene 2 opciónes,por que perder ya se pierde siémpre,es no hacer guerra.Yo prefiéro empezarla contígo,por no dar opción a otra opción más,perder ya lo hacemos corazón,pero ganar? ...mmm es lo más encantador y esas pelusas les encanta tus calcetínes,como a mi me encantaría dejarte debajo rendído.
Uno no necesita echar de menos para que todo eso pase. Cosas independientes del invierno.
ResponderEliminarUn beso, me encanta tu blog.
genial, con pelusas huérfanas de dedos pintados, prólogos, gatos ausentes y espejos vacíos.
ResponderEliminarvolveré.
Tu historia le hace sombra a la palabra perfecta. Una de mis favoritas hasta el momento.
ResponderEliminarTu historia le hace sombra a la palabra perfecta. Una de mis favoritas hasta el momento.
ResponderEliminarSublime final.
ResponderEliminarUna historia muy buena , de lo mejor que he leído en tu blog sin duda alguna, un saludo!
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